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En este informativo encontrarás información relacionada a qué es el estrés, cuáles son sus signos y qué medidas podrían disminuirlo.

El estrés es normal y habitual en la vida. Cualquier cambio conllevará a experimentar estrés. Puede ser por acontecimientos negativos, como, por ejemplo: despido laboral, enfermedad, ruptura amorosa, muerte de un ser querido, etc. Asimismo, puede haber estrés con eventos positivos como: casarse e iniciar la convivencia de pareja, nuevas responsabilidades en el trabajo ligadas a un ascenso, etc.

Cuando la respuesta frente a las demandas de la situación es adecuada para tu organismo, se habla de buen estrés necesario para el funcionamiento y adaptación a tu entorno. Sin embargo, si las demandas son excesivas, intensas y/o prolongadas, y superan la capacidad de resistencia y de adaptación, se habla de estrés negativo, que si es prolongado, genera conflictos en nuestros órganos y favorece la aparición de las llamadas enfermedades de adaptación o psicosomáticas.

Para comprender mejor cómo funciona el estrés, es importante conocer las tres fases ante una situación de estrés, Selye (1960):

  1. Fase de reacción de alarma: aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, se elevan el nivel de azúcar en la sangre, se incrementan la sudoración, dilatan las pupilas, se altera el tono muscular y se hace más lenta la digestión, etc.
  2. Fase de resistencia: en esta fase el cuerpo activa todos sus mecanismos de adaptación y repara daños o desequilibrios causados por la reacción de alarma. En esta fase la respuesta es más lenta y sostenida. Si la situación estresante persiste, el cuerpo permanece alerta y no puede restaurarse, se pasa a la siguiente fase.
  3. Fase de agotamiento: acaba con las reservas adaptativas del cuerpo y altera su equilibrio desencadenando la vulnerabilidad de cada persona, como alteraciones y dolencias. Estos problemas generalmente afectan el sistema nervioso y al sistema inmunológico. Algunos ejemplos de ellos son la hipertensión, pérdida de memoria, fatiga, algunas jaquecas, tensión, irritabilidad, alteraciones en el sistema inmune, algunas enfermedades de la piel, depresión, ansiedad, entre otras que pueden estar relacionadas con el estrés.

Los síntomas del estrés pueden ser similares a los de la ansiedad y puede que experimentes algunos de los siguientes:

  • Preocupación excesiva
  • Inquietud
  • Tensión
  • Dolores de cabeza o de cuerpo
  • Palpitaciones
  • Pérdida de sueño

El estrés se volvería un problema si pasa por alguna de las siguientes situaciones:

  • Interfieren en tu funcionalidad diaria
  • Parecen estar siempre presentes

¿Qué puedes hacer para disminuir el estrés?

Aprender qué causa o desencadena el estrés puede ayudarte. Puede ser necesario intentar diferentes actividades de auto cuido hasta descubrir qué funciona mejor para ti. A continuación, te mencionamos algunas actividades que puedes intentar cuando empieces a sentirte con estrés:

  • Mantén un registro diario de tus emociones.
  • Haz ejercicios y asegúrate de comer saludable.
  • Mantén la misma rutina de sueño y asegúrate de dormir lo suficiente.
  • Evita consumir cafeína en exceso, como refrescos o café.
  • Comunícate con una persona que sea tu confianza.
  • Puedes también realizar algunas técnicas de relajación. Puedes encontrar más información sobre ellas en el siguiente enlace: https://bit.ly/3okV8GQ
  • También puede ser de ayuda trabajar el tipo de pensamientos que desencadenan tu estrés. Puedes ingresar en el siguiente enlace: https://bit.ly/3JelVOX
  • Para recibir apoyo psicosocial u orientación personalizada de diferentes opciones de servicios en el país, puedes escribirnos por WhatsApp haciendo clic aquí https://bit.ly/3iQnEwl o escribirnos por Facebook Messenger de lunes a domingo de 7:30 a.m. a 11:00 p.m.

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Fuentes de consulta: